Nada cambia en Nervión, donde semana tras semana se van acostumbrando a su nueva realidad. El Sevilla ya no es aquel equipo que competía de igual a igual con los gigantes del fútbol español y europeo (lo cual resulta curioso, considerando que hace apenas un año y dos meses levantaba su séptima Europa League). El verdadero problema es que ni siquiera está en condiciones de competir en la zona media-alta de la tabla. Por tercer año consecutivo, el club hispalense llega al primer parón de la temporada con cifras más que preocupantes.

Otro verano con dudas

El Sevilla, inmerso en un verano de regeneración total con ocho incorporaciones y un entrenador con una filosofía completamente distinta a la anterior, sigue atrapado en un drama constante. Los de García Pimienta solo han conseguido dos puntos de los doce posibles en el arranque de la temporada. El empate en Gran Canaria, la derrota ante el Villarreal, e incluso el 0-0 en Mallorca fueron tolerados por una de las bases más importantes del club nervionense: su afición. Sin embargo, la paciencia del Ramón Sánchez-Pizjuán se agotó tras el partido contra el Girona.

La derrota frente al equipo de Míchel (0-2), tras una primera mitad en la que el Sevilla fue de más a menos y una segunda parte en la que se vio claramente superado, provocó abucheos en las gradas. El Ramón Sánchez-Pizjuán volvió a corear uno de los cánticos más habituales en los últimos años: «¡Directiva, dimisión!». Una nueva protesta contra la dirigencia nervionense que llega en un momento clave del inicio de la temporada, justo antes del parón. Una semana que, una vez más, estará marcada por la tensión y la desilusión en el barrio de Nervión.

¿Otra destitución?

Aunque han cambiado las formas, los rostros e incluso la identidad del equipo, los resultados para el Sevilla siguen siendo los mismos. En la temporada 2022-23, Julen Lopetegui logró un preocupante 1 de 12 puntos en las primeras cuatro jornadas, aunque no tan alarmante como lo ocurrido con Mendilibar en la 2023-24, quien acumuló cuatro derrotas (0 de 12). Ambos fueron destituidos en la primera semana de octubre. El inicio de García Pimienta es «mejor» (2 puntos de 12), pero sigue una tendencia preocupante y clara: los tres últimos arranques de temporada son los peores de la última década para el club hispalense.

De hecho, para encontrar una situación similar, hay que remontarse a la temporada 2015-16, cuando Unai Emery obtuvo números casi idénticos (con un gol menos a favor) al actual Sevilla. Esto podría ser un pequeño consuelo para los nervionenses, aunque la comparación deja en peor situación a los de García Pimienta, ya que aquel equipo venía de disputar y competir en la final de la Supercopa de Europa ante el Barcelona.

Sin líderes en el campo

Más inquietante que los propios resultados (ya que en la primera mitad ante el Girona el juego fue positivo) es la falta de un líder en el Sevilla. Aunque puede parecer anecdótico, el capitán en ese partido fue Marcão, un jugador que durante gran parte del verano estuvo en la lista de descartes de la dirección deportiva. El brasileño, debido a sus repetidas lesiones y su alto salario, era considerado una salida necesaria para la renovación del equipo, aunque su deseo siempre fue triunfar en el club.

A esto se suma la inminente salida de Lucas Ocampos, uno de los últimos referentes del vestuario, siempre y cuando no surjan imprevistos en el intercambio de documentos. Además, en diciembre, Jesús Navas se retira, sin haber sido titular en ningún partido de esta temporada, aunque su influencia ha trascendido más allá de los partidos. Otros jugadores clave en el aspecto competitivo, como Acuña, ya tampoco están presentes en un vestuario completamente renovado.

La necesidad de encontrar un nuevo líder para este Sevilla no es un tema menor. En este sentido, un jugador que parecía asumir ese rol desde el principio fue Saúl Ñíguez, pero una expulsión frustró su arranque. El ilicitano se ve a sí mismo como un líder, y sus compañeros también lo reconocen, pero no podrá estar en el próximo encuentro contra el Getafe.

Mientras tanto, García Pimienta tendrá que encontrar a su capitán en el campo. Otro desafío importante para este Sevilla.