El mercado de fichajes en la clase reina ha experimentado grandes cambios a lo largo del tiempo, con movimientos que han dejado huella en la historia.
Los mejores en 500cc
Si retrocedemos a la famosa época de las 500cc, los aficionados más veteranos recordarán los traspasos históricos de estrellas de las dos ruedas, como el de Geoff Duke de Norton a Gilera. Duke había ganado un título del medio litro con Norton, pero al darse cuenta de que su marca de siempre estaba perdiendo competitividad, decidió dar el salto a Gilera, con quienes ganó tres títulos seguidos de 1953 a 1955.
Además, el más laureado de la historia, Giacomo Agostini, también tomó una decisión trascendental al dejar su histórica relación con MV Agusta para unirse a Yamaha en 1974.
Agostini se sentía incómodo tras la llegada de Phil Read y se percibía en cierta medida maltratado, incluso traicionado, por el trato hacia su compañero de marca. Por ello, aceptó la oferta de los japoneses, que en ese entonces se estimaba en unos 15 millones de las antiguas pesetas (unos 90.000 euros). Esta decisión le permitió sumar una corona más a su impresionante palmarés: Agostini se adjudicó todos los títulos de 500cc desde 1966 hasta 1972, ambos incluidos. Read se hizo con los títulos de 1973 y 1974, este último con Agostini ya en Yamaha, y en 1975 Agostini volvió a llevarse el título.
Otros dos movimientos significativos de aquella época fueron los de Randy Mamola, quien dejó Honda (a la que había llegado desde Suzuki) para unirse a Yamaha y competir en el equipo de Kenny Roberts, patrocinado por Lucky Strike; y el de Eddie Lawson, quien pasó de Yamaha a Honda, un traspaso que estuvo envuelto en polémica desde el anuncio.
Lawson, el norteamericano, había estado buscando dejar Yamaha durante algún tiempo, y a finales de 1988, antes de una carrera en Fuji, Japón, se fue a Estados Unidos para rodar un anuncio para Marlboro en Laguna Seca. Durante su vuelo hacia Asia, se conoció la noticia de que se unía a Honda, y al aterrizar en Tokio se encontró con la comitiva de Yamaha tan enfadada que tuvo que arreglárselas solo para llegar a Fuji. En 1989, se coronó campeón con Honda.
La era moderna con MotoGP
Ahora, adentrémonos en la era moderna de MotoGP. Antes solía haber una tradición no escrita que mantenía el mercado de fichajes relativamente inactivo hasta el verano, aproximadamente en agosto, coincidiendo con la carrera en la República Checa, y se prolongaba hasta la última carrera de la temporada. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta tradición se ha ido desmoronando y ahora podemos ver movimientos incluso antes de que comience la temporada, con contratos firmados por períodos prolongados, como el último de Marc Márquez con Honda (que originalmente debería haber terminado al final de esta temporada), o el contrato vigente hasta 2026 de Brad Binder con KTM.
En estos años, hemos sido testigos de movimientos significativos, como el traslado del campeón Nicky Hayden al equipo oficial de Ducati desde Honda, similar al cambio que hizo Sete Gibernau después de 2005, tras su paso por el equipo Gresini (donde logró dos subcampeonatos), que por entonces tenía material de Honda. Pero los movimientos más sonados han involucrado a las grandes estrellas de esta era. Por supuesto, uno de los cambios más impactantes que sacudió los cimientos del Mundial fue la desvinculación de Márquez de Honda en 2023 para unirse a un equipo satélite de Ducati (Gresini), lo que resultó ser el paso previo a los eventos de esta semana. También destacamos el anuncio realizado este lunes por Jorge Martín, uno de los talentos emergentes de MotoGP, sobre su marcha a Aprilia.
Antes presenciamos la decisión de Casey Stoner de abandonar el equipo oficial Ducati, con el que había ganado el campeonato en 2007, para unirse al Repsol Honda, en un momento en el que estos últimos tenían la moto más competitiva de la parrilla. Para la temporada 2011, los japoneses ya contaban con dos pilotos firmados, Dani Pedrosa y Andrea Dovizioso, y este último hizo valer su contrato para exigirles que hicieran una tercera moto para el australiano, quien ese año logró su segundo título de MotoGP.
En 2016, Jorge Lorenzo optó por aceptar una jugosa oferta de Ducati para correr con ellos los dos años siguientes, una experiencia que no terminó como ambos habían esperado y que incluso llevó a los italianos a lamentar no continuar con el mallorquín, ya que acabaron fichando a Danilo Petrucci cuando este comenzó a destacar con su Desmosedici.
Sin embargo, si hay alguien que ha generado revuelo en la historia reciente con sus movimientos, ese es Valentino Rossi. Con un traslado desde Yamaha a Ducati, que resultó ser decepcionante, incómodo con la supremacía creciente de Jorge Lorenzo, y que incluso terminó perturbando la estructura técnica de los italianos. Por cierto, fiel a su estilo, Rossi anunció su salida de Yamaha a través de una carta manuscrita, con tachaduras incluidas, dirigida a la casa que dejaba.
Pero, por encima de todos, su paso de Honda a Yamaha fue el que más titulares acaparó. Supuso un acto de orgullo al abandonar el mejor equipo del mundo, Repsol Honda, con el que había ganado los dos primeros títulos de la historia de MotoGP en 2002 y 2003, una fábrica que consideraba suya. Rossi decidió fichar por una deprimida Yamaha.
La negociación fue un proceso largo y lleno de momentos memorables, como se reveló después. Incluso, algunos periodistas intervinieron en ella, todo en medio de un gran secretismo: una reunión clandestina a altas horas de la noche en una carpa del paddock de Brno, la visita en Donington Park, también de noche y con discreción, de Rossi al box de Yamaha, oculto bajo una capucha, para tomar las primeras medidas en la M1. Este fichaje fue una verdadera bomba en ese momento, y comenzó con una victoria en su primera carrera, en Sudáfrica en 2004, con Rossi deteniéndose después de la carrera para besar su moto apoyada en un muro. Puro estilo Rossi.