El baloncesto es un deporte con una presencia global, aunque sus reglas varían según la ubicación geográfica en la que se juegue. Estas diferencias son significativas. Por ejemplo, Bobby Portis, miembro del equipo estadounidense que compitió en el Mundial de baloncesto de 2023, señaló que se trata de «dos deportes completamente diferentes». Ya sea por casualidad o no, el equipo al que pertenecía terminó su participación en el torneo en la cuarta posición, quedando fuera de las medallas.
Luka Doncic, una estrella tanto en Europa como en la NBA, ha expresado esta opinión en varias ocasiones. «Anotar en la NBA es mucho más fácil debido a las reglas», afirmó el jugador esloveno. Sus palabras generaron cierto impacto en Estados Unidos, donde se enorgullecen de tener la mejor liga del mundo, llegando al punto de designar a su campeón como el campeón del mundo. Sin embargo, nadie puede cuestionar que el jugador de los Dallas Mavericks tiene credibilidad para hablar sobre la puntuación en ambas ligas, tanto en la Euroliga como en la NBA.
Duración de un partido de baloncesto de la NBA y la FIBA
Una de las diferencias más notables entre el baloncesto de la NBA y el baloncesto bajo la normativa de la FIBA es la duración de los partidos. Los juegos de la NBA son notablemente más extensos que los que se juegan bajo las reglas de la FIBA, lo que influye directamente en la presencia de marcadores más altos. Esta disparidad en el tiempo de juego lógicamente conlleva a una mayor cantidad de canastas anotadas en los partidos con una duración más prolongada.
En términos específicos, un partido de la NBA tiene una duración total de 48 minutos, mientras que los juegos de baloncesto bajo las reglas de la FIBA están establecidos en 40 minutos. Estos ocho minutos adicionales jugados en Estados Unidos no son insignificantes, ya que el baloncesto es un deporte con un tiempo de juego efectivo. A diferencia de lo que ocurre en el fútbol, en el baloncesto, el cronómetro se detiene cada vez que se comete una infracción.
Tiempo de juego en NBA y FIBA
Un partido de la NBA se divide en cuatro cuartos de 12 minutos cada uno, mientras que los juegos bajo la tutela de la FIBA constan de cuatro cuartos de diez minutos cada uno. De esta forma, los encuentros de la NBA tienen ocho minutos de tiempo de juego efectivo más que los de la Euroliga o ACB, lo que es prácticamente equivalente a tener un cuarto adicional en el juego.
De manera curiosa, a pesar de la disparidad en la duración del juego entre ambas ligas, en caso de empate, tanto la prórroga en la NBA como en las competiciones bajo la FIBA tienen la misma extensión: cinco minutos. Si persiste el empate, se juegan tantos tiempos extra como sean necesarios hasta que uno de los equipos logre obtener la victoria.
Tiempos muertos en NBA y FIBA
Una de las particularidades del baloncesto es la posibilidad de solicitar tiempos muertos, breves pausas que los equipos pueden utilizar para que sus jugadores recuperen energías, para que los entrenadores impartan instrucciones estratégicas o simplemente para interrumpir el impulso del equipo contrario. Sin embargo, las reglas sobre los tiempos muertos difieren significativamente entre las competiciones de la FIBA y la NBA.
En torneos de la FIBA, cada equipo dispone de un total de cinco tiempos muertos. Sin embargo, existen regulaciones respecto a cuándo se pueden emplear. Así, durante la primera mitad del partido (primer y segundo cuarto), cada equipo puede utilizar un máximo de dos tiempos muertos, mientras que en la segunda mitad se permiten tres. Estos descansos no se acumulan y desaparecen si no se utilizan. En los dos últimos minutos del juego, se permite únicamente un tiempo muerto por equipo. Todos estos tiempos muertos tienen una duración de 60 segundos. En caso de prórroga, se otorga un tiempo muerto adicional a cada equipo.
En la NBA, cada equipo cuenta con siete tiempos muertos, los cuales tienen una duración de 75 segundos cada uno. Esta liga establece restricciones, permitiendo un máximo de cuatro tiempos muertos en el último cuarto, reduciéndose a tres en los tres minutos finales. Asimismo, si transcurren siete minutos de un cuarto sin que se solicite ningún tiempo muerto, la organización del partido tiene la facultad de interrumpir el encuentro. En tal caso, este tiempo muerto se le adjudica al equipo local. En una situación repetida, dicho tiempo muerto se asignaría al equipo visitante.